Cueva Mágica, en San Pedro Molinos

Tlaxiaco, Oax.- Este lugar, como muchos poco promocionados y explorados en la Mixteca, es el espacio ideal para convivir en familia, con la naturaleza y conocer las historias que aquí se narran, en donde los dioses son los protagonistas y el pueblo es el beneficiado de las bondades de estos seres extraordinarios originarios de la región.

Jorge Luis Oregón García, encargado del Centro Ecoturístico “Cueva Mágica” en San Pedro Molinos, dijo que en este lugar se puede acampar, recorrer, fotografiar, degustar de la comida típica regional y pasar un momento especial en compañía de la familia y amigos.

 

Detalló que este sitio es custodiado por un comité de la comunidad, el cual da servicio y ofrece a los visitantes recorridos y visitas guiadas por la naturaleza para conocer de la flora y fauna, además de hospedaje y alimentación.

Indicó que el atractivo más grande es la visita a la “Cueva Mágica”, donde los paseantes pueden disfrutar de los caprichos de la naturaleza, las grandes lajas de piedra que componen este obelisco, las pequeñas cascadas y la composición del lugar.

Las historias son parte de la magia y el misticismo que los habitantes de San Pedro Molinos en el distrito de Tlaxiaco cuentan y aprovechan para enamorar a los visitantes de las riquezas de su pueblo.

San Pedro Molinos está dentro de los pueblos tradicionales que arraigan sus costumbres, cada 3 de mayo realizan la petición a la lluvia, agradecen las bondades de la cueva por proveerlos de agua y piden a la lluvia no los olvide este año para bendecir sus tierras.

 

En este ritual que comienza justo al medio día reúne a la comunidad en incluso a pobladores de otros municipios vecinos para comenzar la peregrinación desde la iglesia del Centro con rumbo a la cueva en un trayecto de casi una hora para después llegar a dicho lugar y comenzar con otro rosario mientras se depositan flores, veladoras.

Otros de los atractivos de esta comunidad son los Maromeros, quienes simulan un circo indígena y acompañan a los pobladores en esta festividad del pedimento a la lluvia, bailan y prueban su suerte cruzando un mecate de extremo a extremo a casi dos metros por encima del suelo, caminando al ritmo de la música de los violines y los instrumentos de viento propios de esta comunidad.

Cabe mencionar que San Pedro Molinos se encuentra a 40 minutos partiendo de Tlaxiaco rumbo a Chalcatongo llegando al lugar se toma un pequeño camino de terracería para llegar a la “Cueva Mágica” donde también se puede comer, disfrutar e incluso aprovechar de un chapuzón en una de las albercas creadas por la comunidad y pasar un día increíble conociendo la Mixteca.

LA LEYENDA DE LA CUEVA MÁGICA

 

Dicen los pobladores en la tradición oral, que este lugar se formó luego de la disputa de tres Ndozos de la región o dioses de los pueblos, entre ellos una mujer muy bella de Chalcatongo de Hidalgo, un hombre de San Miguel el Grande y el dios de San Pedro Molinos, quienes apostaron y se organizaron para ir a traer agua para sus pueblos desde Yucunicoco.

Luego de días de trabajo y escarbar con sus poderes, los tres dioses quienes traían el agua, decidieron parar, fue antes de llegar a Chalcatongo donde el Ndozo de Molinos propuso descansar y relajarse para continuar con su labor al día siguiente, entonces el dios habilidoso les invitó aguamiel, una bebida tradicional que provocó que la diosa de Chalcatongo y el de San Miguel se quedaran dormidos y borrachos, mientras él con trampas huía con el agua para su comunidad.

Dicen los lugareños que fue entre Ticuá y Chalcatongo en donde los dioses con una fuerte resaca alcanzaron al señor de Molinos pero no pudieron impedir que el agua llegara a su destino.

Cuentan que al ver el engaño del señor de Molinos, los dioses molestos comenzaron a tapar el camino e incluso con su poderes lanzaron enormes rocas para impedir que el agua llegara a su destino y ahí se formó esa enorme cueva en donde por la acumulación del líquido. éste rompió y se formaron un río y cascadas pequeñas que hoy se aprecian en el lugar de la “Cueva Mágica”.

 

La leyenda dice que luego de ver el fracaso de los dioses al querer formar un equipo y el engaño del dios de Molinos decidieron volver a sus pueblos sin mayor problema, sin embargo, la diosa de Chalcatongo quien mantenía un romance con el de Molinos, rompió su relación.

Otras leyendas afirman que la diosa de Chalcatongo regresó años después a ver al señor de Molinos quien se volvió un hombre próspero, adinerado, querido por su pueblo y de mucho poder porque después de crear la Cueva y el río con sus poderes hizo tres molinos de roca alimentados con el agua, donde se producían las moliendas de la región, principalmente de la de trigo.

Un día la diosa de Chalcatongo fue a verle, sin embargo, después de la disputa del agua el señor de Molinos no mostró interés e incluso se escondió entre las harinas, a lo cual la señora lo vio cubierto del polvo y le dijo que era un hombre muy viejo ya para ella, pensado que seguía joven y atractivo por lo cual dio la vuelta y se fue rumbo a la Costa, dice la leyenda.

Al ver la desilusión, el señor de Molinos quiso alcanzarla, subió a la montaña más alta de la Mixteca no la pudo ver e hizo crecer aún más la montaña con sus poderes y al ver a su amada, tomó un puño de tierra y se lo lanzó, éste se convirtió en mosquitos y la detuvo, mientras corría para alcanzarla y consolarla.

Se dice que fue en Jamiltepec donde la mujer paró para tomar un poco de agua mientras el señor de Molinos casi la alcanza pero casi amanecía y justo cuando la iba a tomar entre sus brazos se escuchó el canto del gallo y los tocó el primer rayo de sol convirtiendo a los enamorados en dos monolitos de piedra, que dicen los lugareños se pueden ver en la Costa oaxaqueña.

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