En San Martín Tilcajete, labran sueños de mil colores

Del tallado con vidrio pasaron a las herramientas que labran la madera, de las figuras ordinarias a la imaginación que forma dragones de color morado y verde, formas místicas que después se exhiben en las ferias locales y nacionales.

Fue aproximadamente en 1986 cuando los habitantes de este pueblo descubrieron que estas figuras talladas tenían gran éxito. Al principio sólo algunas familias se dedicaban al oficio, el cual tiempo después dio identidad a esta comunidad.

Algunas artesanas, recuerdan con cariño a la señora Juanita, una extranjera que llegó a la comunidad hace más de 15 años, con algunas técnicas nuevas como el tallado y el color. Quedó atrás la pintura de aceite y comenzaron a utlizar la pintura de agua.

El arte lo volvieron tradición

En la Cuarta Feria del Alebrije realizada en San Martín Tilcajete hay unos 70 artesanos y artesanas que se permanecerán en la explanada del Palacio Municipal exponiendo sus piezas hasta el 7 de enero.

Cira Ojeda Sosa con un atisbo en su rostro, recordó el inicio de sus creaciones: “A los toros los hacíamos como tal, con solo blanco o negro y sus puntos. Lo mismo pasaba con los perros, eran animales como en la realidad”.

Las figuras eran bellas, pero no llamaban demasiado la atención, sin embargo, con el paso del tiempo los artesanos fueron innovando. Las creaciones comunes pasaron a ser colores vibrantes y las grecas, cuyos deslices forman perfectos jaguares, leones y tigres.

LA HERENCIA: El conocimiento para la elaboración de tallados en madera es un proceso que se adquiere de generación en generación. Los habitantes de Tilcajete nacen y crecen estrechamente ligados a la elaboración de figuras como parte del entorno familiar; viven entre las pilas de troncos de copal, con las herramientas, la pintura o el proceso mismo: el tallado, la pintada y la exhibición de piezas para la comercialización dentro de sus hogares.

A finales de los años 80, las artesanas fueron a la Ciudad de México a una exposición nacional de donde regresaron con la firme convicción de convertir a Tilcajete y su tallado de madera en la casa de los alebrijes.

Dante Cruz Ojeda, poblador San Martín Tilcajete, originario de una de las comunidades que forman la ruta mágica de las artesanías, contó que de sus abuelos le heredó el tallado de la madera. Él hizo alarde de lo que aportó la familia Cruz para elaborar esta artesanía, de la cual ahora trabajan y viven 9 de cada 10 familias en esta comunidad del distrito de Ocotlán.

Alebrijes, el motor de Tilcajete

Un jaguar de grecas cafés con tonos grises y partes negras estaba en la mesa de la señora Cira Ojeda, cuya elaboración estuvo a cargo de su hijo quien ha decidido poner un taller en su domicilio para realizar obras más costosas y hermosas.

-Esta pieza tiene un costo de 9 mil 500 pesos, es muy bonito, dijo la artesana en referencia al jaguar, que fue elaborado en un lapso de 6 meses.

El alebrije fue hecho en una madera aún verde, posteriormente la figura tuvo que secarse con los rayos del sol, este proceso duró entre 4 y 5 meses.

Después de ese tiempo, los artesanos toman aserrín para resanar y perfeccionar las piezas para después llenar de vida cada pieza.

La familia de Cira está apostando por tener piezas más trabajadas y de mayor costo para el turista.

Cira a la vez recalca la importancia que tiene esta feria como un motor del comercio dentro de la comunidad.

EL PROCESO: Sus patrones no son definidos, los van formando como los va diseñando la imaginación; elaboran desde dragones con dos cabezas hasta cuerpos con ramas, animales, entre otros.

“Esta exposición es con la finalidad de activar la economía; porque como artesanos tenemos pocas posibilidades de exponer nuestro producto en otros mercados de tener dónde vender”, mencionó.

Esta feria que estará hasta el 7 de enero alberga miles de figuras elaboradas por las manos oaxaqueñas.

Los habitantes de esta comunidad que algún día fuera totalmente dependiente del campo han encontrado en los alebrijes una nueva forma de generar ingresos.

“Ya en el pueblo, los hombres ya no se dedican al campo, solo algunos van aun a trabajar en la cosecha, cuando la mayoría está en sus domicilios trabajando en esto”, señaló Ojeda Sosa.

Nayeli Cruz Fuentes es otra de las mujeres dedicadas a esta actividad comercial. En sus piezas destacan las libélulas, los colibrí, los camaleones, los cangrejos imaginarios, entre otros.

“Tenemos que jugar con los colores y la imaginación para estas elaboraciones que buscan conquistar a los compradores que llegan a nuestro pueblo y que llevamos a mercados de otros lugares”, dijo.

A tan sólo unos días de haber inaugurado la feria, los artesanos han logrado ventas significativas.

San Martín Tilcajete se localiza a unos 50 minutos de la ciudad de Oaxaca sobre la carretera federal a la Costa.

Los que asistan podrán encontrar piezas desde 50 pesos o mayores de 10 mil pesos, todo depende del tamaño y la elaboración que tenga la pieza.

“Invitamos a las personas a que asistan a comprar nuestros artículos en esta comunidad y así podemos seguir con nuestra artesanía”, dijeron los anfitriones.

Fotos: Adrián Gaytán

Sayra Cruz

Reportera en El Imparcial de Oaxaca, redacta sobre temas políticos, educativos, magisteriales y turísticos de la ciudad de Oaxaca y el estado, además de los fenómenos migratorios y de necesidades sociales, entre otros. Estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad “José Vasconcelos” de Oaxaca.

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