San Pablo Yaganiza, la Tierra de las hamacas

San Pablo Yaganiza, Oax.- Enclavada en la Sierra Norte de Oaxaca, en los límites con la zona Mixe Alta, al menos el 90 por ciento de los habitantes de esta comunidad son hamaqueros, por ello se le denomina “La Tierra de las Hamacas”.

Fundación

Existen varias versiones sobre la fundación de este municipio, una dice que fue fundado por Tiltepec hijo de Vidadela Lag Doo, de Xagacía, quien lo denominó Tetepec o Quichaltepec y se cree que en la época de la Conquista se fue cambiado el nombre hasta tener el que lleva ahora.

Las autoridades municipales refieren que el pueblo desciende de una familia de juchitecos que se ubicó en el lugar denominado Cerro Gordo. Después de la Independencia esta familia toma el nombre de San Pablo Cajonos (1828).

En 1872 bajó de Cerro Gordo el denominado ojo de agua con existencia de un palo, cambia de nombre y se llamó San Pablo Yaganiza; en lengua zapoteca: palo de agua.

Natividad Andrés Barrillo trabaja en el taller con su marido.

Pueblo de hamaqueros

El artesano Manuel Valle Bautistas, quien desde hace más de 50 años se dedica a la elaboración de las hamacas, señaló que este oficio lo heredaron de sus ancestros y se fue perfeccionando a través de los años.

“La elaboración artesanal de las hamacas lo aprendemos desde niños, nuestros padres nos comentaban que desde que tenían uso de razón se hacían las hamacas, antes utilizaban el maguey como materia prima, lo cortaban los ponían a cocer, después lo ahilaban, era un proceso más complicado y artesanal”, indicó.

Señaló que conforme fue creciendo la demanda y con la apertura de las carreteras, el hilo de maguey dejó de utilizarse y comenzaron con el hilo de nylon, materia prima que utilizan hoy en día para elaborar artesanalmente las hamacas.

Manuel Valle Bautistas, artesano.

Taller familiar

Manuel y su esposa Natividad Andrés Barrillo, tienen un taller familiar de hamacas, donde a través del esfuerzo para tejer han podido sacar hacia delante su familia, en tanto sus productos han cruzado ya la frontera.

“Mucha gente nos pregunta del porqué se hacen hamacas en un pueblo serrano porque normalmente se elaborar en los pueblos que se ubican a orillas de las costas, posiblemente obedezca a los orígenes de este pueblo, recordemos que municipio como Juchitán también se elaboran”, destacó don Manuel.

El proceso de elaboración de las hamacas artesanales de Yaganiza, inicia cuando los artesanos acomodan sus hilos en una herramienta conocida como cono de madera, después de coloca en un material llamado tijerilla para posteriormente pasar en el tejido.

Los tiempos de elaboración varían, conforme los tamaños y el número de personas que se involucren en el taller.

“Hacemos varias variedades de hamacas las de doble tejido, también el acolchado o cuadriculado las de algodón, las hamacas normales, tipo cama y también el columpio silla como la conocen, nuestra materia prima es el hilo de nylon propileno”, refirió el artesano.

También elaboran de diferentes tamaños como individual, matrimonial, king size o bien la silla mecedora de algodón. “Dependiendo del tamaño es lo que nos lleva hacerlo, algunas las terminamos en un día o hasta en cuatro días.

Se sospecha que la tradición de fabricación de hamacas procede del origen juchiteco de la comunidad.

Los artesanos zapotecos comentaron que existen diferentes formas de tejerlo, los estilos conocidos como petatillos o plumillas son los más laboriosos y los que más se valoran el mercado. “Normalmente vienen intermediarios y se las llevan a vender a la ciudad de Oaxaca o a la Costa”.

Los precios en la comunidad van desde los 100, 150, 200, las king size hasta en 450 o 800 pesos, “hay gente que lo conoce por kilo, de 4 a 5 kilos sale en 800 para delante, en la ciudad ya se venden con otros costos”, explicó Natividad Andrés.

Los artesanos comienzan a elaborar hamacas a los 7 años.

Otras de las principales herramientas que utilizan son los bastidores, los cuales dependiendo de los modelos pueden laborar una o dos personas para agilizar el proceso de elaboración artesanal. “Llevamos más de 50 años haciendo esto, normalmente se aprende desde los 7 años de edad y así se va heredando”, apuntó.

De implementarse programas para mejorar el mercado de este producto artesanal, los ciudadanos comentan que mejoraría la economía de la comunidad y de toda la región, algunos viajan hasta las playas de Oaxaca para tratar de comercializar con un costo más alto sus productos, mientras la gran mayoría las deja en las manos de los intermediarios.

Andrés Carrera Pineda

Reportero del periódico El Imparcial de Oaxaca, especialista en la cobertura en temas de migración, política y conflictos sociales. Pasante de la Licenciatura de Periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha sido colaborador de la agencia de noticias de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos (AME)

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