La Cueva de Lieza

Por: Faustino Romo Martínez

Este viernes santo miles de personas visitarán una vez más la cueva ubicada en el Barrio de Lieza de esta ciudad, donde acuden a venerar a la santa cruz que se encuentra en el lugar.

Niños, Jóvenes, adultos y personas mayores, realizan el tradicional recorrido para darle gracias a la santa cruz o pasión cruz cueva, en donde hacen oración y prenden su veladora, como señal de agradecimiento por los favores concedidos, otros más con la finalidad de pedir algún milagro.


Ni las altas temperaturas de más de 35 grados que predominan en estos días en la región del Istmo, hacen desistir a los católicos, quienes además son testigos del recorrido de la representación de la crucifixión de Cristo que se realiza este día en el lugar.

Muchos de los que suben a este cerro, van con la fe en alto, pues en su mayoría han pedido algún favor y se les concedió, por lo que ni el calor, ni la altura, mucho menos el largo recorrido, hacen mella en su ánimo.

 

Desde lo alto, dentro de la cueva dan gracias por los favores recibidos y cumplen con su promesa de llegar hasta la cruz el próximo año, para prender su veladora, además de disfrutar del panorama que ofrece el lugar, pues desde ahí se puede observar toda la ciudad, teniendo una vista inigualable de Tehuantepec.

Cabe destacar que no se tiene datos exactos desde cuando se realiza este ritual, inclusive en la cueva existen pinturas rupestres, y había otras cavidades que conducían al lado sur del cerro, pero tampoco se sabe cuándo fueron cerradas para evitar el paso de las personas.

 

El mito que se tiene es que desde las instalaciones del exconvento dominico “Rey Cosijopí”, que actualmente alberga a la Casa de la Cultura, se tenía conexión a esta cueva a través de túneles, de la cueva al cerro Guiengola fortaleza de los zapotecas y de ahí a la zona de Mitla y Monte Albán, sin embargo, tampoco se pudo corroborar esta teoría, lo que sí se sabe que por esta cueva pasaba un río subterráneo y la cavidad se formó de manera natural y después a alguien se le ocurrió poner una cruz en el lugar.

 

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