El Centurión paga su penitencia en Tehuantepec

Por: Rusvel Rasgado 

 

Félix, carga una pesada careta, un paño negro le cubre la cabeza y el rostro, en una de sus manos sostiene un báculo que golpea el piso cada vez que da un paso y en la otra mano, una espada. El joven escenificó uno de los episodios bíblicos de la pasión de Cristo, en el que un centurión custodia la celda donde fue encerrado Jesús antes de ser crucificado.

 

En Tehuantepec, la denominan “La Penitencia del Centurión” y es parte de la celebración del Jueves Santo y se lleva a cabo en el templo del Barrio Lavorío, de esta localidad.

“La Penitencia del Centurión es una tradición que data de más de 150 años y se trata del pago de una promesa que un joven hace tras haber quedado sano de alguna enfermedad o un milagro recibido por la imagen de Jesús.

“Esta tradición trata del cumplimiento de una promesa religiosa hecha a la imagen de nuestro padre Jesús aquí en Tehuantepec, una imagen bastante venerada desde hace muchos años, y esta tradición ya tiene bastante tiempo, más de un siglo de llevarse a cabo. Un joven hace las veces del centurión romano, se instala un calabozo, una cárcel donde se simula esta escena bíblica de la pasión de Cristo”, explicó  Daniel Peña Alegría, miembro de la hermandad del Padre Jesús.

 

Este año, le tocó a Félix Gutiérrez, representar al centurión romano. Como parte del ritual, el centurión se instala en un calabozo donde se simula una de las escenas de la pasión de Cristo.  La custodia inicia desde las 8:00 de la mañana y culmina hasta las 12:00 de la noche, sin dejar un minuto de caminar.

 

El báculo que sostiene en su mano derecha lo golpea en el piso en cada paso mientras pasan las horas.

En el centro del atrio del templo, hombres y mujeres velan una cruz ornamentada. Varias mujeres vestidas de negro, velan una cruz, se hincan, persignan el rostro y en silencio invocan a la imagen, después de unos minutos se retiran para dar paso a los demás que esperan su turno.

En uno de los lados del cuarto, se ubican cuatro mujeres vestidas completamente de negro con su respectivo “huipil” y “enagua”. Los hombres portan guayabera o camisa blanca con pantalón negro y simbolizan que son los próximos centuriones.

“Se tiene la creencia de que lo trajeron a los frailes dominicos aquí en Tehuantepec, porque ellos su devoción era más fuerte hacia la semana santa, fue así como ellos enseñaron a los indígenas de aquí de Tehuantepec a guardar este respeto, este luto por la pasión de Cristo”, indicó Daniel Peña Alegría.

Tradicionalmente esta representación se lleva a cabo en el interior del templo, pero este año debido a los daños que dejaron los sismos de septiembre en su estructura, la escenificación se realizó en el atrio de la iglesia.

Esta tradición ha perdurado con el paso de los años y es en Tehuantepec, de los pocos lugares donde se representa esta escena de la pasión de Cristo.

 

 

 

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