La máxima fiesta, más viva que nunca

Más viva que nunca, a través de la Guelaguetza, la máxima fiesta de los oaxaqueños, con sus sones, jarabes, chilenas, carnaval y la inigualable Flor de Piña, Oaxaca mostró sus tradiciones al mundo.

Entonando el himno de los oaxaqueños Dios Nunca Muere, desde el cerro de la Bella Vista, en un Auditorio abarrotado por turistas y ciudadanos provenientes de las 8 regiones de la entidad, el tenor Luis Adrián, abrió la edición vespertina de la Octava Lunes del Cerro.

En una emotiva tarde, la Diosa Centéolt, Francisca Pérez Bautista, originaria de Santa María Zacatepec, dio inicio a la fiesta e hizo un llamado a los organizadores y autoridades a “tomar siempre en cuenta las comunidades indígenas de Oaxaca”, pues en ellas se inspiró el homenaje racial que nació hace 86 años.

Como en las fiestas de los pueblos, el sonido de la chirimía anunció la llegada de los primeros bailarines provenientes de Putla Villa de Guerrero, quienes mostraron sus sones y chilenas.

En medio de la festividad, los hombres coreaban sus blancas azucenas, tal como año con año lo hacen en el carnaval putleco, portando sus tiliches, comparsas y tradicionales los viejitos.

Siguieron los sones mazatecos de Huautla de Jiménez, la tierra de la sacerdotisa María Sabina. La Tortolita, Flor de Naranjo, Flor de Liz, Flor de Piña, anillo de oro y la paloma hicieron vibrar las gradas de la rotonda de las azucenas.
Así fue como el pueblo inició la fiesta, desde el palco C, único que se mantuvo de manera gratuita, surgió la ola de alegría que invadió el Auditorio Guelaguetza.

Con los violines y las jaranas de la danza de los rubios de Santiago Juxtlahuaca, continuó la emoción de las más de 12 mil almas que se dieron cita en el Cerro del Fortín, donde los primeros habitantes de la Verde Antequera veneraban a sus Dioses.

Al ritmo de la Sandunga, mostrando la mayordomía de la Virgen de la Candelaria, desde la tierra del gran compositor oaxaqueño Andrés Henestrosa, se presentó la delegación de San Francisco Ixhuatán.

En medio de la algarabía, tocó el turno para los mixes de Santa María Tlahuitoltepec, la tierra de los jamás conquistados; detrás de sus montañas le siguieron sus paisanos de la Sierra Norte con el Torito Serrano de San Pablo Macultianguis.

“Anoche tuve un sueño que unos negros me mataban, pero eran tus ojos negros morena”. Y llegaron los de Ejutla, con su espectacular picardía a ritmo del jarabe ejuteco hicieron bailar a propios y extraños que disfrutaron de la Guelaguetza 2018.

Con la boda y tornaboda, con sones y chilenas, continuaron los de Santos Reyes Nopala; mientras que con sus penachos la delegación de Zaachila conquistó el público con la Danza de la Pluma; Ixtaltepec se hizo presente con las vivencias y tradiciones ixtaltepecanas.

“Medio cerro fue subir y medio cerro fue bajar”, el baile más esperado de la noche, desde San Juan Bautista Tuxtepec, aquel bailable compuesto por la maestra Paulina Solís Ocampo, hizo estallar de emoción al público.

Con sus brincos y sus tradicionales trajes de las diversas comunidades que convergen en la región de la Cuenca del Papaloapan, las bellas mujeres tuxtepecanas hicieron gritar de asombro y emoción a los espectadores.

Continuaron los de Loma Bonita con su música tropicana, Rinconcito Oaxaqueño; la tierra del café, Sones y Chilenas de San Pedro Pochutla.

Acompañadas de sus monos de calenda, el convite y jarabe del valle de las Chinas Oaxaqueñas de doña Genoveva Medina, cerraron con broche de oro la máxima fiesta de los oaxaqueños.

Con un “viva la Guelaguetza, nos vemos en el 2019”, entre las canastas enfloradas y el mono de calenda en honor al maestro Francisco Toledo, todas las delegaciones participantes se abrieron paso al escenario principal para agradecer el recibimiento del pueblo de Oaxaca y de los miles de ciudadanos provenientes de todo el país y de los diferentes países del mundo.

 

Andrés Carrera Pineda

Reportero del periódico El Imparcial de Oaxaca, especialista en la cobertura en temas de migración, política y conflictos sociales. Pasante de la Licenciatura de Periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha sido colaborador de la agencia de noticias de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos (AME)

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