Los mazatecos de Oaxaca que se niegan a dejar su potencial cultural que es rica en costumbres y tradiciones, y una de las herencias es la fiesta de Todos los Santos que inicia el 27 de octubre y culmina el 5 de noviembre, décimo y onceavo mes del año en que los seres vivos desgastan su economía al prepararse a recibir a sus muertos con velas, veladoras, mole, pan, frutas, ropa y calzado y estrenarlos durante la festividad al ir a velar a sus difuntos a los panteones.
En esta fiesta a los fieles difuntos, todas las familias de la religión católica se alegran y a la vez se manifiestan con nostalgia al esperar la visita de sus seres queridos, ya que los grupos evangélicos están en contra de estas costumbres prehispánicas, al declarar que los muertos ya se fueron y lo que se les haga en vida a los ausentes ya es puro teatro indígena, y por ello las sectas protestantes no acostumbran llevar flores ni veladoras a los cementerios.
Sin embargo, los mazatecos imponen sus creencias y tradiciones y con amor y respeto adornan sus altares de bienvenida y asisten con sus mejores ropas a los campos santos la tarde del 31 de octubre y la madrugada del primero de noviembre, fecha en que se velan a los angelitos, y del primero al tres de noviembre en que se le prenden velas a los muertos grandes, a quienes se marcharon de esta vida ya sea al purgatorio o la santa gloria.