La inmensa navidad oaxaqueña

Navidad en Oaxaca, navidad oaxaqueña, las fiestas decembrinas son transformadas por la cultura, gastronomía, música, tradiciones y las manos mágicas artesanales de las y los oaxaqueños. Si debemos elegir una palabra para describir la época de fin de año en nuestro estado ésta es: inmensidad.

Es inmensa la creatividad de los artesanos que cada año participan en la reina de las fiestas, la Noche de Rábanos, que con cada virgen, capilla, flor, danzante hecho con un tubérculo han generado una ingente curiosidad internacional que llama a miles de paseantes alrededor de nuestro bello zócalo cada 23 de diciembre.

Es inmenso también el amor que doña Abigail Mendoza, embajadora de la gastronomía oaxaqueña ante Naciones Unidas, pone en la cocina, en el fogón, en cada movimiento para moler el maíz con el que prepara deliciosos platillos cuyo sabor es buscado por turistas de todo el mundo.

Es inmenso el fervor que cada 18 de diciembre nos lleva a venerar la virgen de La Soledad, la patrona de los oaxaqueños. Es inmenso el agradecimiento que los fieles católicos ponen a sus pies para agradecerle los beneficios y favores recibidos en el año.

Es inmensa también nuestra infantil alegría de acudir a una posada transformada en calenda.

En Oaxaca es también inmensa la riqueza de nuestros sabores, desde las múltiples nieves, dulces y bebidas como el chocolate y el mezcal, hasta nuestro café de altura que más que en las montañas crece en las nubes.

Oaxaca es inmensa en sus bosques inmensos, sus árboles de más de 10 metros de altura que visten el territorio zapoteca de la Sierra Norte y que nos invitan a caminatas hipnóticas en las que la naturaleza retoma fuerza y sentido, en las que el contacto con la aventura se vuelve esencia de búsqueda. Son los municipios de Ixtlán, del pueblo mágico de Capulálpam de Méndez, de Lachatao, del Cerro del Jaguar, que nos atraen para adentrarnos en sus suelos y sus paisajes.

Es inmenso también nuestro deseo de conocer Chacahua, de caminar hacia Punta Cometa, de ver la bioluminiscencia en la laguna de Manialtepec, de comer una mojarra en la playa principal de Puerto Escondido y también de pasear en la mundialmente famosa playa nudista de Zipolite.

Inmensos nuestro deseo de redescubrir los rincones de Valles Centrales, de visitar el Mictlán, Monte Albán, Atzompa, la tierra de los alebrijes, Teotitlán del Valle, donde los hilos son arte monumental, de conocer el templo de Cuilápam, la villa de Zaachila y los cientos de lugares que componen la geografía mágica mística cultural de Oaxaca. ¡Sean todas y todos bienvenidos! Explora Oaxaca.

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