Por: Rusvel Rasgado
Cientos de fieles católicos acuden al “Santuario del Mar”, la capilla en honor al Santo de Esquipulas en Santa María Xadani, en el Istmo de Tehuantepec, uno de los más visitados en el sur del país, para venerar al Cristo Negro.
Esta pequeña población zapoteca, situada junto a la Laguna Superior del Golfo de Tehuantepec que colinda con el Océano Pacífico y donde se erige un altar en honor al Santo, la fe sigue intacta y mueve a miles a los pies del Cristo Negro de Esquipulas.
Ya sea para petición especial, sanar sus enfermedades, pagar una promesa o incluso por haberles puesto a salvo durante los sismos de hace más de un año, los feligreses comienzan a llegar al Santuario.
La festividad se remonta desde el año de 1930 para pedir por la abundancia de productos del mar y la buena cosecha, en un pueblo de pescadores y campesinos.
Incluso visitantes de todo el país llegan a venerar esta imagen en Santa María Xadani, comunidad ubicada a 276 kilómetros de la capital oaxaqueña, para no acudir al Santuario de Esquipulas en Guatemala.
Desde el 14 de enero, una peregrinación parte de la comunidad y se traslada a más de dos kilómetros del pueblo hasta las orillas de la laguna donde se encuentra el Santuario.
Su devoción al Santo de Esquipulas los lleva a velar toda la noche. Otros van a descansar unas horas, pero desde las 5:00 de la mañana del 15 de enero, regresan a ofrecer las mañanitas al Cristo Negro en la pequeña capilla.