Plasma las flores del Istmo de Tehuantepec en el totopo

El totopo del Istmo de Tehuantepec es considerado un producto alimenticio único de la región, proveniente de una herencia ancestral de la cultura zapoteca, que surgió ante la necesidad de los binigulazas (antiguos zapotecos) de conservar sus alimentos por largos periodos, descubriendo que podían transformar el maíz y mantener sus propiedades, logrando así el famoso totopo.

 

Es una tortilla tostada de maíz (con hoyitos) conocido como zapalote chico, una variedad endémica de las 64 que existen en México, originaria de la planicie costera del Istmo de Tehuantepec y que es la base alimenticia de la población istmeña.

 

Su consistencia es crujiente, pues el totopo es elaborado en un horno llamado comizcal y hechos a mano por las mujeres del Istmo. Se pueden encontrar en otras partes de Oaxaca, sin embargo, tienen su origen en la región del Istmo, por lo que desde épocas milenarias son parte de la alimentación de los zapotecas.

Las pinturas

En el caso de Francisco Jiménez Blas, un joven artista de Juchitán, este alimento es propicio para presentar sus obras de arte, pues en la búsqueda de algo diferente se dio cuenta que podía utilizarlos como lienzos, para plasmar, sobre todo las flores coloridas que en el Istmo se bordan en la ropa tradicional de las mujeres.

“Todo comenzó hace como cuatro años, cuando en mi trabajo me pidieron que pintara algo especial, algo novedoso, algo que no se hubiera visto antes, para que se regalara en diciembre; después de estarle dando vueltas al asunto y pensar qué podría hacer, descubrí que podía utilizar el totopo y comencé a pintar las flores”, explicó.

 

Señaló que ese fue el comienzo, pues fue tal la aceptación que siguió pintando, inclusive algunas cosas tradicionales del Istmo como baúles, jicapestles, hasta mujeres istmeñas y todo tipo de dibujo que le fueron solicitando.

 

“Llevo como cinco años que me dedico a pintar, de hecho, desde mi niñez siempre me gustó el dibujo y la pintura, hacia dibujos de caricatura y practicaba, hasta que descubrí que podía hacer estas pinturas en el alimento tradicional, siendo algo diferente, pues nadie se había dedicado a pintar en un totopo”, destacó.

La técnica

Indicó que se basa en los dibujos que le solicitan, poco a poco va dibujando en el totopo con lápiz, “es un totopo común y corriente que se come, es un producto que disfrutan las familias del Istmo, lo único que hago es dibujar encima con un lápiz y utilizó pintura acrílica”.

 

“A veces es difícil, porque se llegan a romper, cuando se recarga uno de más se rompe y ya no se puede pintar así, hay que comenzar de nuevo, una vez trazado el dibujo, comienzo a pintar los colores, dependiendo del dibujo, si es una flor, trato de ponerle los colores como están en la ropa del Istmo, al terminar le pongo un barniz para que resalte y dure un poco más y luego lo protejo con un forro plástico pegado al alto vacío”, aseguró.

 

Jiménez Blas comentó que depende de los pedidos que le hagan, aunque a veces hace algunos de acuerdo a las fechas conmemorativas, como el 14 de febrero que pintó corazones y otras imágenes como rosas.

 


“Hemos hecho varios trabajos, inclusive como centros de mesa, para cumpleaños, para eventos especiales, ya llevaos cinco años, no tengo un aproximado de cuantos hemos pintado, pero hemos hechos dibujos de tehuanas, mariposas, iguanas, flores, jicalpestle con flores, un baúl, un paliacate, todo lo relacionado con la región del Istmo”, apuntó.

 

 

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