El Domingo de Ramos es una fecha especial para los fieles católicos, especialmente para las comunidades indígenas como San Antonino Castillo Velasco, donde año con año veneran a la imagen de San Salvador, el Señor de las Cosechas.
Habitantes de esta comunidad ubicada en el valle de Ocotlán, señalan que esta celebración católica tiene su origen desde la fundación de este municipio que nació como un pueblo cosechero de los Valles Centrales de Oaxaca.
“Nuestros abuelos nos decían que cuando ellos llegaron a este valle, toda la gente se dedicaba al campo, no había otra actividad más que la siembra y cosecha de frutas, verduras, flores y la crianza de los animales de corral”, explicó don Jacinto, quien año con año lleva a bendecir sus ramos.
Para los feligreses la actividad más importante es la procesión del Señor de las Cosechas. “Su imagen sale desde las 6 de la mañana de la iglesia, se traslada al panteón municipal donde la gente acude para darle las gracias por las cosechas de todo el año”.
En el panteón arriban miles de campesinos para obsequiarle a San Salvador sus mejores cosechas, algunos llevan flores, otros animales de corral, así como frutas, verduras, flores y todo lo que producen mediante el campo.
Los obsequios son trasladados al atrio del templo, donde posteriormente son vendidos a los asistentes a un costo menor del precio real de mercado. “Lo que se obtiene de estas ventas, se usa para hacer un acto de caridad, a veces se destina para el asilo de ancianos para comprar despensas y atender a las personas mayores”, explicaron los feligreses.
Los productos más solicitados son los animales de corral como borregos, chivos, marranos y pollos, también se comercializa pan y gastronomía típica de la región.
La procesión inicia a las 11:00 horas del día, para llegar a las 12:00 en el templo principal donde las autoridades católicas realizan la misa del Domingo de Ramos y la bendición de todos los presentes por el inicio de la Semana Santa.
Una vez que concluye la ceremonia eucarística, la imagen de San Salvador, se traslada nuevamente al altar del templo y será hasta el próximo año cuando los creyentes vuelvan a venerar al Señor de las Cosechas.