Nicuatole, delicia ancestral

En el Valle de Oaxaca contamos con un exquisito manjar de dioses: el Nicuatole, postre típico de nuestro estado hecho a base de maíz. Su nombre viene del náhuatl necuatl necutli, que significa miel (refiriéndose a la miel del maguey), y atolli, que significa atole.

Se prepara con maíz criollo cocido en agua, azúcar y canela; su consistencia es similar a la de un flan o natilla. Su origen es prehispánico, ya que para prepararlo utilizaban la miel de maguey en vez de la azúcar de caña.

Actualmente, existen muchas variedades de esta receta, el tradicional es el natural, pero ya hasta hay de más sabores como: piña, coco, chocolate, nuez, tejate, mango y natural. Incluso este dulce tiene su propia feria en San Agustín Yatareni, que se lleva a cabo el último fin de semana de julio.

De generación en generación

Heriberta Martínez López es una de las productoras de Nicuatole, la elaboración de este postre comenzó desde hace décadas. Sus abuelos lo preparaban.

“La población se distingue por hacer el nicuatole no solo el tradicional, sino de distintos sabores con maíz amarillo, negro y moradito. Nosotros con eso nacimos y forma parte de nuestro vivir diario”, expresa la mujer que se levanta desde temprana hora para iniciar con el elaborado de este producto.

Martínez López recuerda que ella empezó a elaborar el nicuatole desde los ocho años de edad, influenciada por su madre, que después de ocho décadas sigue en la promoción de este comestible.

“El nicuatole lleva su tiempo porque desde la mañana empezamos a cocer el maíz; después lo llevamos al molino y en la tarde empezamos a hacerlo para que salga fresco al cliente”, expresa.

De diferentes sabores

Julia Agustín Matías elabora el nicuatole desde hace 30 años, y al igual que Heriberta, sabe que el producto es propio de San Agustín Yatareni. La mayoría de las familias de esta población conoce de su proceso de elaboración.

“Los tiempos van cambiando y ya no solo se hace el tradicional con agua, sino de otros sabores como el de maracuyá, chocolate, piña, vainilla y todo lo que se pueda hacer con el maíz”, expresa la mujer que también hace tostadas, tlayudas y tamales.

Con más de 20 años de hacer nicuatole, Tomasa Martínez afirma que el nicuatole es una gelatina prehispánica que poco a poco ha evolucionado. “Yo me levanto temprano, desde las seis de la mañana. Empiezo a cocer el maíz y luego lo llevo al molino; después se deja enfriar la masa y luego se empieza a colar. Después se cuece al menos dos horas y queda como un atole espeso”, resaltó la mujer con alta venta del nicuatole tradicional y de sabores de piña y coco.

Sabina Agustín también elabora el nicuatole desde hace 40 años; asegura que la influencia es desde los abuelos y un poco más. En su puesto el nicuatole se vende en distintos sabores: piña, nuez, coco, tejate y almendra.

La mayoría de las productoras también acude a la capital oaxaqueña para vender sus productos; algunas se instalan en las inmediaciones de los principales mercados del Centro de la Ciudad y otras en las banquetas de algunas calles o avenidas.

 

Yadira Sosa

Reportera de El Imparcial de Oaxaca, licenciada en Comunicación por la Universidad Mesoamericana con 17 años de experiencia y cobertura por varios años de la fuente educativa (conflicto magisterial 2006), salud (pandemia de Covid-19), género, Derechos Humanos y grupos vulnerables. Ganadora del concurso nacional de periodismo Pfizer en la categoría escrita 2019.

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