El mezcal orgánico de la comunidad de Silacayoápam, perteneciente a la Mixteca, es el único en su producción en esta zona. Se produce desde el cultivo, corte de las piñas, destilado y hasta llegar a su comercialización, todo 100 por ciento orgánico.
Esta bebida se realiza en la región Ñuu Savi desde hace más de tres siglos. El proceso de destilación es una herencia de los europeos y españoles que llegaron a México desde el siglo XVI, pero que tiene su toque especial y de calidad, da a conocer una de las productoras, Dalila López Hernández.
En la Mixteca son pocas y contadas las comunidades donde se produce el mezcal, ya que los agaves son escasos ante las temperaturas bajas. Esta bebida, considerada llegada del cielo, se produce en la ya quinta generación familiar, herencia bajo estricto control de calidad de mezcal de agave espadín, silvestre, tobalá, un añejo y el destilado de frutas.
FILTROS DE CALIDAD
Para que esta bebida sea de calidad el primer requisito es que esté en su punto de maduración; el espadín debe tener un proceso de 8 años, listo para su corte y proceso de destilación, el agave silvestre tiene que tener de maduración de 12 años y no agaves tiernos porque eso provoca que no sea sabroso al paladar.
La gente que ha probado este mezcal de la comunidad de Silacayoápam gusta de él y compran varias botellas, ya sea de un espadín, añejo reposado o tobalá, ante esta diversidad de gustos, también se realiza un proceso de doble destilación, para que quienes lo prueben se queden con buen sabor. Hay un espadín de buen sabor suave de 40 grados de alcohol, es muy recomendable para quienes aún no conocen el mundo del mezcal de la región Mixteca. Además, está también el de 46 grados y un añejo de cuatro años con 40 grados; otro, el más recomendable, es el de 8 años añejado en barrica de roble.
La familia sigue conservando la elaboración del mezcal como una herencia de los tatarabuelos y empieza a darse a conocer, ya que este es un oficio que poco se hace en la Mixteca, debido al clima que es un tanto fresco; sin embargo, este oficio se preserva porque el agave se cultiva con el fin de que no se pierda esta especie.
Para que el mezcal tenga identidad regional, no se trabaja con los agaves tiernos, ya que el sabor no es grato. Se hace un trabajo tomando en cuenta algunos secretos de calidad, limpieza y originalidad.
LA MEZCALERA
La empresa mezcalera de la comunidad de Silacayoápam nace del sueño de un oaxaqueño oriundo de la región Mixteca, Don Manuel González Burgoa, quien desde muy joven buscó los medios para concretar su objetivo, crear un mezcal que representará los sabores, olores y tradiciones de su pueblo.
La Mixteca una de las regiones de Oaxaca con mayores problemáticas para ofrecer oportunidades laborales a sus habitantes, por lo que muchos de ellos se ven obligados a emigrar hacia los Estados Unidos.
Así fue que a finales de los años sesenta, Don Manuel González y sus jóvenes hijos decidieron emigrar de su comunidad para lograr con esfuerzo y muchos años de trabajo los recursos económicos que les permitieran dar los primeros pasos para crear un mezcal que representara la tradición mezcalera de su región, desde luego que su elaboración ya se venía consolidando desde 100 años antes.
Debieron pasar más de 35 años para que el sueño comenzara a ser una realidad y diera sus primeros frutos, iniciando con la elaboración de un mezcal de agave silvestre, el cual se comercializaba localmente.
Es en 2005, con el regreso de sus hijos a su tierra natal, que Don Manuel González consolida la creación de una empresa mezcalera, la cual representa con orgullo a la región Mixteca.
CON CERTIFICACIÓN ORGÁNICA
En la actualidad, es la única empresa mezcalera de la Mixteca Oaxaqueña que cuenta con certificación orgánica MEX-2016-089, es 100 por ciento sustentable en su producción, mantiene un alto compromiso con su comunidad y con sus colaboradores.
Hoy en día se tienen más de 65 hectáreas cultivadas con agaves espadín, salmeana, papalometl y mexicano, todos se cuidan, se siembran y se cosechan con los abonos orgánicos que da la propia Madre Tierra.
Es el resultado del amor a la tierra, a las tradiciones y a su gente, es un homenaje a nuestro maestro mezcalero, quien hoy a través de su familia consolida su sueño de ofrecer al mundo mezcales de carácter equilibrados, de sabores nobles y aromas armoniosos que se logra como resultado de la elaboración artesanal y tradicional de tres generaciones conservando la riqueza de nuestro México, al cuidar que la producción mantenga los más altos estándares de calidad, honrando el legado que el pueblo oaxaqueño imprime en cada una de nuestras botellas.
El mezcal, que se distingue por ser una bebida mística, mágica, afrodisíaca y extraordinaria, se dice que cuando se bebe en cantidades razonables, despierta el espíritu, calma el desamor, estimula la imaginación, borra resentimientos, acompaña en la soledad y hace que el mundo se vea mucho mejor.