El día 1º de Noviembre según la iglesia católica se festeja el Día de Todos los Santos, siendo el objetivo el de orar por aquellos fieles difuntos que acabaron su vida terrenal y de forma especial por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el purgatorio. Mientras que el día 2 de noviembre es la conmemoración a los fieles difuntos que también se conoce como Día de Muertos.
Es por esta razón que en estas fechas el bello Panteón General de la ciudad de Oaxaca se llena de flores, papel picado, ofrendas y muchos visitantes de todas partes de la república y el mundo.
Familiares acostumbran visitar a sus fallecidos llevando consigo una ofrenda, flores y veladoras para amenizar su encuentro.
Muchos llevan comida preparada especialmente para estas fechas con los platillos favoritos de aquellos que ya se fueron, para compartir el bocado con aquello que aún se encuentran con nosotros.
Con el paso del tiempo a estas tradiciones de adornar los altares y tumbas del panteón, se han ido agregando diversos elementos considerados más actuales, tales como la imagen de las catrinas en varios puntos de la ciudad.
La historia de este particular personaje se remonta a la época del gobierno de Benito Juárez, Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz.
Durante estos periodos comenzaron a popularizarse escritos a manera de crítica por la situación actual del país en la cual reinaban las clases privilegiadas.
Los escritos redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos, empezaron a reproducirse en los periódicos llamados “de combate”. Estas eran calaveras vestidas con ropas de gala, bebiendo pulque, montadas a caballo, en fiestas de la alta sociedad o de un barrio. Todas para retratar la miseria, los errores políticos, la hipocresía de una sociedad.
La palabra “catrín” define a un hombre elegante y bien vestido, acompañado de alguna dama con las mismas características; siendo este estilo una imagen clásica de la aristocracia mexicana de fines del siglo XIX y principios del XX. Es por ello que al darle una vestimenta de este tipo.
En los períodos de gobierno de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, las imágenes de esqueletos y calaveras eran una forma común de denuncia y de crítica social en las publicaciones de la época, que usaron varios caricaturistas como Constantino Escalante, Santiago Hernández y Manuel Manilla. La versión original es un grabado en metal con autoría del caricaturista José Guadalupe Posada y su nombre original es “Calavera Garbancera”.
Es importante conocer el origen de este personaje para entender el por qué tomó tanta importancia en la actualidad pues ya se pueden observar durante estas festividades a las típicas chinas oaxaqueñas disfrazadas de catrinas.
Este personaje también ha sido inspiración de algunos diseñadores y artistas plásticos pues hemos visto diversas obras cuya inspiración fue tomada de la tan famosa Catrina.
