Fotos: Omar Maya Calvo/Obed González García
El Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca de Juárez, es bellísimo sin duda, tanto, que ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad desde el 11 de diciembre de 1987.
Sin embargo, además de la belleza de sus plazas principales, cuenta con barrios y avenidas que tienen belleza propia y cuentan con historias y leyendas únicas.
Algunos son elegantes y algunos otros sitios son más enigmáticos, dejando atrás historias con el paso del tiempo que ahora son contadas por vecinos que recorrieron sus calles mucho tiempo atrás.
Entre todos estos sitios podemos encontrar un lugar muy emblemático en la capital.
Estamos hablando de Paseo Juárez, mejor conocido como “El Llano”, ubicado en la periferia de uno del primer cuadro de la ciudad y que está rodeado por cuatro calles muy conocidas: al oriente la calle de Pino Suárez; al Poniente la Avenida Benito Juárez (mejor conocida solo como Avenida Juárez), así como las calles de Licenciado Primo Verdad al norte y al sur colindando con Dr. Liceaga.
Este lugar tiene una larga historia, que resumiremos en pocas palabras.
Se dice que a principios del siglo XIX este sitio ya era utilizado como espacio recreativo y de descanso, siendo considerado en ese entonces como La Alameda.
En 1812, José María Morelos y Pavón eligió este lugar como sitio de entrenamiento para sus tropas y ordenó edificar una fuente de cantera (misma que permanece actualmente).
En 1843 y 1858 continuaron los cambios, siendo que durante la Guerra de Reforma sufrió abandono y deterioro ante la situación bélica.
Fue entonces que durante el gobierno de José María Cobos, se propuso ampliarlo hasta una superficie de 15 mil metros, con amplias zonas jardinadas y con flores, propuesta que no se llevó a cabo. En 1870 fue ampliado hacia el sur y en 1878 fue concluida una nueva área hacia el norte. En 1882 fue cambiado su nombre a Alameda de Guadalupe y en 1886 a Alameda de Netzahualcóyotl.
En 1894 fue edificado un nuevo monumento a Juárez de estilo neo-azteca, el cual cuenta con una peana inspirada en la arquitectura mesoamericana y cuenta con decoración que evoca los relieves de Mitla, así como elementos decorativos estilizados como puntas de flecha y el glifo náhuatl de movimiento. La escultura del Benemérito de las Américas muestra a este gran personaje, sosteniendo una bandera mexicana con la mano izquierda, y en sus pies, una corona imperial en referencia a la derrota del Segundo Imperio Mexicano.
En algún tiempo de la época colonial, fue utilizado como área social, también fue un zoológico de la ciudad y de esta etapa le quedaron ocho leones que flanqueaban las entradas. Estos leones en dorado, son símbolos que han tomado como suyos los capitalinos. Este zoológico tenía un pequeño tren que viajaba por su perímetro y contaba con animales africanos.
En sus alrededores se encuentran algunos edificios importantes, tales como el Teatro Juárez, el Templo y Ex convento de Guadalupe, el Templo de Nuestra Señora del Patrocinio, edificios antiguos, tanto públicos como privados, un pequeño centro comercial, restaurantes y comercios varios.
Este mismo espacio llegó a ser sede durante muchos años de la Feria del Mezcal, además de diversos homenajes a Benito Juárez, entre muchos otros eventos oficiales.
Actualmente, este lugar continúa siendo uno de los más importantes lugares de recreación y descanso para todos los oaxaqueños, maravillando también a todos aquellos que deciden visitar nuestra ciudad con el fin de buscar un momento de tranquilidad.