El templo y ex convento de San Jerónimo Tlacochahuaya datan de mediados del siglo XVI y fueron construidos por los frailes dominicos como un lugar en donde los dominicos pudieran guardar la ley para la santificación del alma.
En este espacio es en donde los frailes meditarían, harían penitencia y reflexión.
De ahí que su construcción sea más bien sencilla, aunque no por eso deja de ser un hermoso lugar que vale la pena visitarse.
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