*Fotos: Adrián Gaytán
La Fiesta Grande del Cerro en Zaachila reunió ayer a miles de oaxaqueños y turistas por espacio de cuatro horas.
En la zona arqueológica de la población, la cultura y tradición oaxaqueña se hizo presente una vez más en las mujeres y hombres que engalanaron el espacio con sus trajes, danzas y riqueza gastronómica.
Ante la presidenta municipal de la Villa de Zaachila, Maricela Martínez Coronel, el cineasta Rigoberto Pérez Cano y otras personalidades, las diferentes regiones del Estado hicieron vibrar a propios y extraños.
Ubicada a 30 minutos de la capital oaxaqueña, la Villa de Zaachila fue anfitriona de la Guelaguetza que se llevó a cabo en el Cerro de la población, donde miles se dieron cita para presenciar el espectáculo que cuenta parte de la historia oaxaqueña.
Para recibir a los visitantes, la zona contó con un operativo policiaco desde la entrada a la población, donde decenas de agentes de vialidad explicaron las rutas a seguir y los lugares de estacionamiento a los miles de visitantes.
En las calles aledañas a la zona arqueológica, decenas de puestos de comida, dulces regionales, aguas, nieves, así como trajes típicos y preparados de mezcal, invitaban a los visitantes a permanecer unas horas más en el antiguo imperio zapoteca.
Algunos desniveles y rocas del cerro sirvieron de asiento a los asistentes. La mayoría usaron sombreros y sombrillas para protegerse de los intensos rayos del sol que no lograron apagar los ánimos.
Por el interés que mostraron las personas al inicio de la Guelaguetza en Zaachila, la presidenta municipal decidió omitir su discurso de bienvenida y no hacer esperar más a los asistentes que ansiaban ver los bailables.
Fue así como el Jarabe del Valle se hizo presente con las Chinas Oaxaqueñas, que portaron orgullosas su indumentaria e invitaron a los aplausos de niños, jóvenes y adultos.
Continuó el ritual del lavado de la cabeza de la comunidad de Huautla de Jiménez, posteriormente sonaron los sones y jarabes mixes de San Melchor Betaza y Ayutla Mixes; más tarde llegó la fiesta solteca de la Villa Sola de Vega.
La gran afluencia de personas no disminuyó con el paso de las horas, porque Juchitán de Zarago-
za mantuvo la atención con su tradicional fiesta Juchiteca; con gran alegría llegaron los sones, chilenas y el carnaval de Putla Villa de Guerrero.
Las autoridades municipales repartieron de manera gratuita algunos antojitos y aguas frescas a los visitantes, mientras disfrutaban de los sones y jarabes del Rey Cosijoeza de la Villa de Zaachila, que presentaron a los zancudos de San Pedro la Reforma.
Huajuapan de León mostró su riqueza cultural con el inigualable Jarabe Mixteco, mientras que San Juan Cacahuatepec trajo la alegría de sus sones y chilenas; le siguió Ejutla con el Jarabe Ejuteco, así como Pochutla y Pinotepa con sus sones.
La gente aplaudió y gritó con mayor fuerza cuando llegó San Juan Bautista Tuxtepec con su Flor de Piña, para cerrar la fiesta con broche de oro los anfitriones presentaron la Danza de la Pluma y la Danza de los Zancudos.
Visitantes extranjeros, nacionales y habitantes de Zaachila dijeron sentirse satisfechos del espectáculo ofrecido, al recordar que la Guelaguetza debe mantener el sentimiento de las tradiciones oaxaqueñas.