En seis kilómetros de tapetes con simbología de la Mixteca, la Virgen de la Asunción fue cargada con 220 personas que de manera ordenada acompañaron la tradicional procesión que recorrió cuatro ermitas de las calles principales de Tlaxiaco, en el marco de su fiesta patronal.
En las ermitas se hacen ciertas meditaciones, las familias las colocan en ciertos lugares, ya tradicionales. Las reflexiones de este año son los dogmas marianos, donde la comunidad participa activamente en estas evangelizaciones.
Los preparativos para esta procesión incluyen reuniones con los cargadores, los mayordomos y los comités, pero en esta ocasión los agentes de pastoral son quienes están en la vigilancia de ordenar las vallas, una procesión que se ha realizado con solemnidad.
Piedad Ramírez Cruz, coordinadora general de la parroquia, dio a conocer que para el orden de la procesión en esta ocasión se nombraron los coordinadores de los cargadores, entre ellos, el señor Fernando Betanzos, Bartolomé Hernández, Juventino Osorio, María de la Paz Baños y Maribel Afaro, con lo que los 9 equipos participantes cargan a la virgen con delicadeza y en tramos señalados. En su mayoría son las mujeres que ahora están colaborando.
Este ordenamiento se ha iniciado con los cargadores de la virgen con el fin de que no existan envidias; hoy ya existe un turno para cada uno de los grupos. Además, las personas que han creado el orden durante el trayecto de la precesión.
Se han seleccionado los equipos de cargadores de acuerdo con las estaturas, esto con el fin de evitar que la imagen católica sufra alguna caída durante el recorrido o que las personas que van en ella vayan preocupadas porque hay altos y bajos que no se acomodan, eso hoy en día ha sido superado.
Son 220 cargadores que hacen un acto de fe, provenientes de la ciudad de Tlaxiaco, además de las comunidades del distrito, todos ellos acudieron a las capacitaciones y la conformación de los equipos y ahora participaron con mucha fe, porque sólo ellos saben que traen el corazón y se lo ofrendan a la virgen con mucha fe.
Ellos van de manera ordenada portando ropa blanca y un rosario, para que recuerden que ahora tienen que servir a la virgen santísima, desde luego que todo el año es su servicio, además tienen que conocer la palabra de Dios y a todos los fieles.
LAS ERMITAS Y LOS TAPETES
Las cuatro ermitas que se han colocado son un momento de reflexión, son construidas cada año con mucho amor por los vecinos, ellos dan lo mejor y en éstas la virgen hace estación. En esta ocasión se da la evangelización, con los dogmas marianos, con la Asunción de María a los cielos.
Los tapetes y la mayordomía se conformaron también con la voluntad de los vecinos, en esta ocasión se conjuntaron coordinadores de cada una de las calles y los tramos, previo a ello se dieron varias reuniones para ponerse de acuerdo.
El señor Aquiles Robles donó las más de 4 toneladas de aserrín, las personas pusieron las pinturas, los temas, colores y las cenefas se hicieron uniformes, lo demás fue de manera libre, desde luego tomando en cuenta los dogmas de María madre de Dios.
En las ermitas y en el tramo de tapetes se utilizaron temas de acuerdo con la región, características como la paz y las itandecas, por ejemplo en la calle de Claudio Cruz, el tema fue “María madre de Dios”; en Hipódromo, “María siempre virgen”; en la tercera ermita, la inmaculada Concepción y en la cuarta “la asunción de María”.
Las personas en la calle Fray Lucero y La Corregidora hacen un doble trabajo en la construcción de los tapetes, ya que de este lugar sale la procesión y vuelve a regresar, por lo que se recoge y se vuelve a colocar lo más rápido posible, ahí las familias ya están organizadas para este hecho de arte que se realiza con organización.
Ya existen plantillas de años anteriores en lo que se refiere a los temas, por ejemplo las azucenas, la virgen, a la paz, y desde luego las grecas, además del usos extraordinario de los colores, ya que esta festividad es de toda la ciudad no del centro, por ello mismo todos construyen las ermitas y las tapetes, una celebración eucarística que se hace en patio central y ya no dentro de la iglesia debido al incremento de feligreses.