En San Felipe Usila, veneran a los muertos de manera singular

Este municipio consta de 25 agencias y para llegar a la cabecera municipal en vehículo propio de Tuxtepec, se tarda aproximadamente tres horas, debido a que gran parte del camino está destrozado, en más de 15 kilómetros entre Santo Domingo y Usila, ya no existe la carpeta asfáltica, todo es terracería, esto se debe a que las autoridades municipales no se han preocupado por componerlo, si estuviera bien la carretera, para llegar serían como máximo en dos horas.

El municipio se ha dado a conocer por su platillo gastronómico denominado “caldo de piedra”, y más aún desde que el maestro compositor usileño, Luis Jacinto Roque, hizo “El Jarabe Usileño” el cual ahora lo llevan a presentar cada año a la Guelaguetza oaxaqueña.

 


Ahí nos encontramos con la profesora jubilada, Cleofás Feliciano Bautista, quien nos comentó amablemente como se celebra la fiesta de Todos Santos, en este lugar.

Mencionó que para recibir a sus fieles difuntos, antes del 31 de octubre se hace el altar tradicional, el cual tiene al fondo un petate donde se le ponen todos los santos que cada familia quiera, y no se ponen fotografías de los familiares fallecidos, sólo se hace una lista de ellos, el altar se adorna con flores del lugar, así como comida, dulces, aves; menos licor o cerveza, los pobladores durante los días primero y dos de noviembre, asisten al panteón y encienden una o dos velas y se ponen a orar con sus difuntos, algunos le llevan música, como tríos, todo con extrema seriedad y nadie mete al panteón licor o cerveza.

El sacerdote y sus auxiliares pasan casa por casa a bendecir los altares y a leer los nombres de los difuntos que hay en la lista de cada altar; el día 2 de noviembre, el sacerdote del lugar oficia una misa de “responsos” en la iglesia y al terminar se hace una procesión, pero al salir de la iglesia, las autoridades municipales se integran, al llegar al panteón, en la capilla el cura realiza una misa y al término, sacerdote y autoridades municipales se sientan junto a una orquesta musical que se la pasa tocando desde las 8 de la mañana hasta el mediodía, ahí saludan a todos los asistentes al panteón, quienes se retiran poco a poco, no sin antes haberse tomado un refresco que le invitan las autoridades.

Después todos los habitantes se van a sus casas a esperar a sus difuntos, cerca del altar y si los llegan a visitar les invitan chocolate, pan, mole, tortillas de “yuca” (la yuca es un camote que siembran con anticipación para cosecharlo en estas fechas), aguas o refrescos, nunca cerveza o alcohol; toda la gente es hospitalaria y les da gusto que los visiten en estas fechas.

 

Cabe mencionar que dentro del panteón, se observan muchas piedras que están enterradas y tienen grabados nombres de difuntos, esto se debe a que hace muchos años no se hacían las tumbas como las conocemos ahora, solo se buscaba una piedra de río alargada para enterrar la mitad y en la parte exterior se escribía el nombre y la fecha de la personas fallecida.

Por último, dijo la entrevistada que es muy importante que esta tradición se conserve, y se siga fomentando en las escuelas y los hogares, ya que en algunos lugares se está perdiendo y la están sustituyendo por Halloween, costumbre norteamericana, la cual la mayoría de los que la festejan o realizan, no saben sus orígenes.

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