Las luces del ocote encendieron los Martes de Brujas en Xoxo

Con el inicio de los tradicionales Martes de Brujas en Santa Cruz Xoxocotlán, el maestro e historiador José Julio Reyes Matías, huehuete tradicional y maestro de la capilla en el templo municipal, explica los orígenes de esta celebración.

Se remonta a la época colonial, en la cual el profesor Faustino Ruiz Matías, en su monografía de Xoxocotlán, señala que por el año 1535 se inició la construcción de la capilla de San Sebastián que actualmente se encuentra en el panteón.

“El obispo de Oaxaca le ordenó al fraile Domingo de Santa María, que estaba en Cuilápam, que le edificara un templo a Santa Cruz Xoxocotlan, entre las calles de Benito Juárez, Mártires de Tacubaya y Melchor Ocampo. Se cree que eligieron esa parte porque los arrieros que pasaban hacia la Costa, al ser San Sebastián Mártir, el Patrón de los Arrieros, iban a visitarlo”, refiere el maestro Reyes Matías.

El templo fue dedicado a San Sebastián y cuando lo estaban construyendo “el fraile encomendó a los hacendados de esa época que los caciques fueran los que aportaran la gente, en esos años recién habían llegado los españoles y esclavizaron a los habitantes”.

“Como ya querían hacer el templo, realizaron jornadas nocturnas, entonces los caciques enviaron a las mujeres para llevarles de cenar a los peones y esclavos que estaban trabajando, les llevaban básicamente tamales de frijol y atole de panela”.

“Después de que se terminó esta construcción hacia los años 1555-1556, no se sabe cuándo empezaron las señoras a vender tamales, no se sabe también en qué fecha se trasladaron al parque y por qué en época de Cuaresma, porque el tempo de San Sebastián no está en el centro del pueblo, porque en el templo principal construido en el siglo XVIII está la imagen de Santa Elena de la Cruz y es más reciente”.

Las brujas
En su relato, el maestro José Julio expone que el nombre de brujas lo adquirieron después, “se sabe que fue a mediados de los 70, en aquellos años en los cerros aledaños de San Antonio de la Cal y San Agustín de las Juntas, a eso de 7, 8 de la noche se veían luces que atravesaban los cerros, los abuelos nos decían que eran los brujos y brujas que salían a jugar”.
“En el centro del pueblo las señoras que vendían sus tamales se alumbraban con rajas de ocote, porque no había otro elemento, con eso se ponían a vender en lo que es el parque actual sus tamales, antes se les conocía como placita. La calle de Vicente Guerrero e Independencia anteriormente no era la explanada, era donde se sentaban las señoras a vender, en esa parte estuvo mucho tiempo el mercado de Xoxo hasta en 1992 cuando hicieron una sola calle”.

“En esa parte vendían las señoras que se alumbraban con ocote, después utilizaron aceite de higuerilla y tiempo más tarde el petróleo. Lo que conocemos como brujitas eran unos tarros que utilizaron posteriormente las señoras, estos tarros tenían un agujero en el centro y un pedazo de tela que era la mecha, con eso se alumbraba, cuando se industrializó un poco más ya usaban candiles como si fueran unos botes de litro y tenían para dos pabilos, le llamaban chivos porque parecían cuernos de chivo”.

Recuerda entonces que al no haber alumbrado en la plaza, “de lejos se veía la flama del ocote o de las brujitas, a eso se le llamó brujitas porque estaban en la oscuridad y con esa flamita la gente les decía que parecían brujas en la oscuridad, por eso se les quedó el nombre de brujas y la gente les dijo brujitas, pero no a las señoras, sino al candil”.

“En esos tiempos como en el 1970-72, fui parte de ese grupo de niños que nos reuníamos en la plaza, por las tardes íbamos al palacio municipal que era de adobe y tejas, como era de usos y costumbres las autoridades siempre llegaban por las tardes”.

“Pedíamos prestado lo que le llamábamos la concha, el más aventado era el que hablaba, teníamos que hablar con mucho respeto porque la autoridad imponía, le decíamos al presidente que veníamos a pedir prestada concha, entonces el secretario levantaba un acta y nos pedía el nombre de los padres y la dirección de nuestros domicilios, las conchas las colocaban en el nicho a un costado de la bandera, siempre nos prestaban una”.

“El presidente nos advertía que la cuidáramos muy bien, porque según si se rompía iban a mandar a llamar a nuestros padres, incluso si se quebraba nos podrían meter a la cárcel, nos daba temor porque nuestros padres nos decían que la autoridad siempre cumplía con eso”.

“Una vez con la concha, salíamos del municipio y nos íbamos a tocarla al parque, cuando ya oscurecía venían las señoras a vender sus tamales, también traían atole que servían con jícaras de barro y tazas criollas. Andábamos por todo el parque y cuando llegaban las señoras nos acercábamos y le pedíamos un tamal para la concha y nos regalaban tamales, en los primeros años eran como seis señoras”.

El maestro, quien fue partícipe de los inicios de esta festividad, señala que en las bancas de cemento degustaban los tamales que los colocaban en papel de higuerilla, “nos poníamos a comer y lo acompañábamos con el atole que nos daban, así nacieron las brujitas, pero todavía no se les conocía como martes de brujas”.

Martes de Brujas
Recordó que por el año de 1978, en la administración del presidente municipal Moisés Pérez Ramírez y la regidora de educación Virginia Ruiz Medina, “junto con un grupo de mujeres que presidía el maestro Eloy Pérez Aquino, fueron los iniciadores de los martes de brujas, lo hicieron como un evento cultural e invitaron a algunos grupos folklóricos, rondallas y tríos, recuerdo que quien venía era un señor que se llamaba Ponchito Cruz, un trovador solitario, la señora Lina Medina y su grupo Ronda, Martha Vasconcelos y rondallas de universidades”.

“Venía la rondalla Amor de lo que ahora es el CBTIS 123 de San Felipe del Agua, así fue como se iniciaron, los organizadores invitaron a más señoras para vender tamales. Fue en 1980 cuando por primera vez vino un grupo grande, un famoso grupo de la época del rock”.

“Al siguiente año el evento cultural se trasmitió en un programa de radio y partir de eso se le empezó a dar difusión, cada vez venían más señoras a vender tamales y después llegaron grupos más grades”.

Señala que en 1989, le tocó organizar el Martes de Brujas, junto con otros paisanos, “en ese año vinieron los de la Orquesta Primavera que dirigía el maestro Rodolfo, fue algo sensacional, posteriormente invitamos a la rondalla del estado y fue creciendo el número de vendedoras y visitantes, así como la calidad de grupos, poco a poco se hizo más extenso hasta la actualidad”.

“Ahora ya son más tamaleras, ya hay muestras de artesanías, se han hecho ferias, hay muchos medios de comunicación, ahora ya no somos solamente los habitantes de Xoxo, sino de municipios aledaños, ya es un evento nacional e internacional, viene mucha gente a visitarnos en los martes de Cuaresma”.

De acuerdo con las autoridades de Santa Cruz Xoxocotlán, en la celebración de los Martes de Brujas, se ha calculado hasta 15 mil personas en el parque. “Queremos que con el tiempo sea más grande, pero sin perder su esencia cultural y tradicional, ahora las señoras tamaleras venden tamales de diferentes tipo como de mole, chepil, incluso hay tamaleras que tienen tamales exóticos como de chapulín, champiñones y lechecilla.

El maestro recomendó probar el tamal de chichilo, “porque para mí es el rey de los tamales”, refirió.

“Antes era solamente de frijol y frijolón, acompañado de su atole de panela, pero ahora ya hay de champurrado de sabores y aguas frescas, ojalá que esta tradición crezca pero que nunca se degrade para dejar una bonita herencia a nuestros hijos, un momento los organizadores hicieron una lonas donde les colocaron unas brujas volando con sus escobas pero no se trata de eso, sino de una tradición que tiene un origen y significado”, destacó.

Andrés Carrera Pineda

Reportero del periódico El Imparcial de Oaxaca, especialista en la cobertura en temas de migración, política y conflictos sociales. Pasante de la Licenciatura de Periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha sido colaborador de la agencia de noticias de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos (AME)

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