La Casa del Artesano Oaxaqueño celebró su Feria del Tamal Artesanal con la participación de representantes de las diferentes regiones del estado y con la intención de que más familias locales, visitantes nacionales y extranjeros conozcan de este platillo tradicional.
Ubicado en Rayón 405 en el Centro Histórico, desde muy temprano se congregaron quienes a través de los años se han dedicado a la elaboración de tamales, con lo cual enriquecen la gastronomía oaxaqueña.
Representantes de Valles Centrales, la Costa, Sierra Norte y Cuenca del Papaloápam ofrecieron tamales de mole rojo, frijol, chileajo, tichinda, lechecilla, rancheros, chepil, rajas, chichilo y muchos más. Normalmente, se sirven con salsa de chile al gusto y vienen en muchas variedades.
“La intención de reunir en un sólo espacio a quienes ofrecen tamales en sus regiones busca despertar el interés de quienes nos visitan y de que los propios oaxaqueños conozcan la gran variedad de tamales que se pueden encontrar en sus comunidades”, expresó Mariel.
Al resaltar que participaron cerca de 50 integrantes de “La Casa del Artesano oaxaqueño”, dijo que es un espacio donde las artesanías de diversas regiones de Oaxaca coinciden y se fusionan con la comida tradicional oaxaqueña, conscientes de que es necesario que sean los mismos productores del arte popular oaxaqueño, quienes directamente lo comercialicen para evitar que intermediarios sean los que obtengan la mayor ganancia.
María prepara tamales desde hace mucho y recordó que para hacer el mole se requieren al menos 30 ingredientes. Ella prepara todos los alimentos en metate, tal como lo aprendió desde hace mucho.
Hacer tamales es laborioso, pues se tarda entre cinco y seis horas, debido a que es todo un proceso y se utilizan dos tipos de masa; en una, el grano de maíz se muele tras ser cortado de la mazorca cuando todavía está tierno, mientras que la otra manera es con masa de nixtamal, en donde se cuece el grano en agua con cal y que en sus orígenes tenía como propósito facilitar la molienda del maíz.
Explicó que algunos tamales se hacen con aceitunas, ciruelas pasas, y de carne llevan pollo y puerco, pero el tamal de mole lleva la hoja de plátano.
Sin embargo, en el estado existen ocho regiones y cada una de ellas tiene muchas comunidades entonces hay diferentes tradiciones de tamales y cada quien lo hace como en su pueblo de acuerdo con su cultura.
Para doña Luisa, proveniente de Santa Cruz Xoxocotlán, la elaboración de los tamales con mayor demandan son los de mole, rajas, chepil y frijol; sin embargo, la elaboración del de chichilo —uno de los moles oaxaqueños—, empieza a ganar presencia entre comensales.
Mientras que Elizabeth García, de Río Grande, ofreció tamales de tichinda, elaborado con unas pequeñas almejas de manglar conocidas como “tichindas”, hoja santa, chile costeño y aromas de candó.
En tanto, Osmani Fuentes, de Pinotepa Nacional, ofreció el tamal de chicatana, que se prepara con un mole elaborado con chile morita y con chile guajillo; además de la chicatana.
Todos manifestaron que la gran diversidad en los tamales se debe a que en cada región del estado, cada municipio, cada comunidad y cada familia tiene una forma distinta de preparar los tamales.
En ese ambiente de fiesta, los participantes de la Feria del Tamal Artesanal también ofrecieron nieves, aguas frescas, atoles y expusieron las diversas artesanías de cada una de sus regiones.